
Pero, sigue apuntando Montalbo, la realidad se ha mostrado sorprendentemente receptiva. "Hoy no soy tan pesimista", afirma. "Esta crisis no ha tenido que ver con la de los años noventa. El baremo ha entrado en vigor, y, contra todo pronóstico, la siniestralidad ha crecido inusualmente poco y la frecuencia del uso del automóvil no ha cambiado. En consecuencia, este año, que yo creía que iba a ser malo, la rentabilidad aún aguanta razonablemente, aunque, claro, mucho menos holgada". La aparente contradicción entre el alza de las primas y la feroz competencia por las pólizas se explica porque si un seguro nunca ha sido realmente un producto homogéneo, Internet y el desarrollo del sector lo han atomizado aún más. "Son cada vez más a la carta, incluyendo muchas coberturas diferentes, por lo que el que esté buscando una prima más baja puede jugar con ello", apunta Eva Montero, responsable de comunicación de Rastreator. En consecuencia, mientras durante los años de la crisis unos usuarios podían beneficiarse de una auténtica guerra de precios, otros —especialmente los perfiles de riesgo— no obtenían tantas ventajas. Y al revés: los clientes más ambicionados por las aseguradoras serán los últimos en ver cómo suben sus facturas. El informe de Rastreator lo deja claro: en los últimos 12 meses, las primas en las pólizas a terceros y a todo riesgo con franquicia se mantuvieron prácticamente estables, mientras las pólizas a todo riesgo sin franquicia han crecido casi un 12%. "Hay que separar mucho entre coberturas", apunta Montalbo. Las compañías presionan por mantener precios porque la crisis ha desgastado la tradicional fidelidad a la aseguradora. "En nuestra experiencia, cada vez más gente cambia de seguro", comenta Montero. "Hace siete años, cuando empezamos, el perfil del cliente era masculino, joven y de gran ciudad: en gran medida, el cliente novel, al que tradicionalmente le ha costado más asegurar su vehículo. Ahora hay hombres, mujeres, de todas las edades y en todas las regiones". ¿Y estas políticas son sostenibles a largo plazo? "En tanto en cuanto las compañías puedan mantener controlados sus ratios de siniestralidad, la tendencia de los últimos años a mantener o a bajar ligeramente los precios se mantendrá", afirma Manuel Martínez Pedraza, socio responsable de seguros en EY. "Es previsible pensar que las aseguradoras tratarán de recortar sus costes de administración y gestión para compensar un aumento de los costes siniestrales", apunta. "Vamos a tratar de absorber los impactos en la cuenta de resultados recortando gastos", confirma Mirenchu Villa. "Aunque mi visión es menos pesimista que hace un año, las amenazas están ahí", indica Montalbo. "Estamos en el límite. Las primas no pueden ir mucho más allá, y el sector deberá ir recomponiéndose". "Es previsible que, a la larga, la actual tendencia en la evolución de los precios se vea afectada", coincide Martínez Pedraza. "Nuestro objetivo es continuar creciendo de forma rentable y sostenida", afirma Mirenchu Villa. La compañía ahora ha puesto el ojo fuera de la Comunidad de Madrid, donde es líder del mercado.
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